DIOSA DEL AMOR
¡Oh Mujer!
Divina arquitecta
en la arquitectura del hombre.
¿Por qué nacer en este espacio
de deterioros y ruinas
de Nínives y Babilonias?
Acaso creada fuiste
para el equilibrio universal
del sentimiento?
La feroz guadaña
de la muerte
envidia tu ciclo permanente
y tus reinados.
¡Oh poética golondrina
hermana de las aves Becquerianas!,
espacio y viento
en nervios del hombre...
Tú eres la reina del encanto y el candor
cuando aún vibra
la infancia y juventud.
Eres del mundo de Minerva,
la Venus nueva con dos brazos
enlazando el tonel de la pasión.
¡Oh diosa del Olimpo!.
Mujer:
En tu piquito
trajiste la ramita
de la paz
y el toronjil...
y con ella construiste
la arquitectura del amor.
Ahora eres ama y señora
del Paraíso Terrenal.
Nosotros que esperamos deterioros
en segundos de la vida...
Nosotros
obreros del verbo
y el carmín
te cantamos
aunque el temporal
marchite los geranios
y oculte el arco iris.
IMNMENSAMENTE MUJER
Eres gota fresca de inmenso caudal
extendida entre nimbos aurorales.
En tarde lluviosa posaste tu imagen
como en un espejo,
y sobre el lomo de mis lúgubres ocasos
te extendiste refabricando mi imagen.
Esta tarde
el cielo brindará sus lágrimas.
Esta tarde,
los pájaros se olvidarán de mis bitácoras
y llegarán tus alas de regocijo,
trayendo el pentagrama
de la sublime canción de la alegría.
¡Oh mujer!
¡Oh paloma!
me cautiva tu canto
porque tu eco es mi eco,
son notas
de amor y ausencias.
Es la caricia sembrada
en nuestra tierra,
en nuestras brasas,
en la sombra del fuego inmortal
que irradia luz
para el que ama.
Tengo miedo perder tus rutas,
y ser huésped único
en tu fortaleza,
aquella que tanto
costara construir.
!Qué locura!
Tengo miedo cobijarme tanto
y expulsarme del nido de tus bosques
¡Oh inmensa mujer!
Esta noche te regalo mi corazón.
Ojalá tu alcoba
de armiño y ocarinas,
permita penetrar mi alma
cual saeta de luz
en tus dulces senos.
Cierra, cierra tus ojos de hurí en celo
y juega con ellos,
mientras mis manos redibujan tu cintura
!Oh inmensa mujer!
Archipiélago de mis delfines.
EL COLOR DE TUS SUEÑOS
Libros dialogan tartamudos en mis manos
y mis versos siembran edificios amorosos
en tu pecho ardiente, desafiante, majestuoso...
Canto bajo estas sombras
solitario, taciturno,
perpendicular a la luz.
Deja amor que los vientos hablen por mí
y entienda el color de tus sueños.
Deja que mi voz sea tu agua,
espejo de tu sed.
¿Qué sonoridad tiene tu río?
Deja caer el rocío de mis lloros
en el arco iris perfumado de tu vientre
que quiere ser
mío.
Quiero ser el vaho de tu mar
y el único velero que transite por tu piel,
marcando tu nombre en fumarolas.
Suelta, suelta, tu caravana de pájaros y sueños,
¡suéltala!
¿ Me escuchas?
y que mis libros sigan dialogando con mis manos.
sin saber el color de tus sueños.
FLAMEAS TRIUNFANTE
Y SEMPITERNA
En tu pecho
flamea triunfante el crespón de mi ausencia...
el viento crucifica en alfileres tu memoria.
Amada:
Blanca gaviota sempiterna,
ave huidiza de ensueño,
sirena de lágrimas ahogada,
¿por qué mi corazón decapitado vuela?
¿Por qué mis brazos aletean
alzando tu nombre
hacia el arco iris de tu ocaso?
Triste es amar
a la flor sin algo de perfume.
Contrito proclamo sin embargo tu recuerdo
en la brisa de tus ojos
y en lado albo de tu piel
-en la arista izquierda de tu lengua-,
me quedo solo, solito en soledad,
congelado en el olvido,
jugando como infante
en el débil tiempo que transcurre
o tal vez con el último suspiro
de la penúltima sílaba que me queda....
Y sin embargo, flameas triunfante y sempiterna,
llevando ceñida de alfileres la corona.
¿DÓNDE TU VOLAR
IRÁ?
Danzan cada vez más lejos las horas
como huellas de pasos sin memoria,
como eco senil sin réplica explicable.
¡Oh paloma, plumaje de viento!
¿Dónde tu volar irá?
Dejaste desnuda la proa de mi barca
y naufrago huérfano sin tu amor...
Dejaron de llover nidos en tu pecho
y palomas olvidaron ruta de volar;
desde ahí, se pierde mi vista
viendo el zigzagueo de gaviotas ciegas.
¿Dónde tu volar irá?
Ya no hay auroras en tu mirar
ni cantos en tus sombras
ni tu sombra sombrea los luceros.
¿Dónde tu volar irá?
Se extingue el aliento, se extingue,
y las piedras gélidas se muestran.
El perfume del amor declina,
cuando tus dedos no tocan
el piano de lloros abiertos al amor.
Por las tardes,
cuando aves juguetonas
vuelen a sus nidos
-en figuras geométricas-,
solas, sin musas,
sin poemas,
sentado en la piedra o en las hiedras,
me verás con un haz de suspiros
entre manos, y el canto fracturado
en un lastimero yaraví.
Me han dicho
que en las tardes,
aves reposan
sobre esas piedras.
Y entonces ellas se preguntarán
¿Dónde tu volar irá?
PENTAGRAMA AZUL SOBRE TUS SENOS
Quiero leer tu corazón ensangrentado
en líneas de mis versos.
Quiero amarte despacio,
rallentando, non piu molto,
casi cantando.
Y que no sientas olas
de manos escultoras,
quiero que mis versos
sean zorzales
que aleteen,
vuelen,
remen...
sobre tus senos.
Que lleguen felices mis manos
al puerto fértil de tu boca,
que laman heridas sobre tu vientre
hasta cerrarlas con el sonido asaz del campanario.
Que tus gritos del orgasmo inusitado
regresen con la carta ensangrentada
de los cuervos que no entendieron
el paisaje rosado de tus labios.
Tus dudas y olvidos
no leyeron
el pentagrama azul de tus senos,
ni tus muslos aprendieron a caminar con tus ansias.
Duerme mujer, duerme;
en esta noche de alas rotas,
he soltado el humo de mis versos,
como duendes buenos.
Remando llegarán
casi agotados
al castillo de tu sueño.
Duerme mujer,
duerme...
Mañana,
casi crascitando llegará otra aurora
en la rivera de nuestras vidas.
Duerme mujer,
duerme...
Pero deja libre tus senos
Leeré sobre ellos la canción
de tu ternura.
Conozco tu caligrafía mujer.
ESCUCHANDO LA MÚSICA DE TUS SUEÑOS
Voy a escribir sobre tus inmensos glúteos,
un poema
que lo escribí anoche a la hora del amor.
¡Oh dulce mujer!
Suave tigresa de la jungla del placer
gracias por depositar las olas de tus besos
en mi cuerpo marchito de soledad.
Tu imagen
es luz de esperanza tatuada
en mi camino pedregoso y sin estrellas.
¡Oh Princesa de mis sueños y placeres,
Mañana al presionar las persianas de tus ojos,
no te olvides de leer mi alma
en la lluvia de cada amanecer.
Porque mi cuerpo es tu cuerpo,
cuerpos sedientos de placer.
lectores locos de los poros.
Estoy casi terminando de escribir,
este poema bajo la luz de la luna,
y el papel de tu epidermis
me está invitando
a la celebración del amor
mientras dormito
entre tus muslos
trenzando el bello iridiscente
de tu púbis.
Será motivo para el comienzo
de otro poema.
Mientras, bebo un vino
en el vértice central
de tus senos.***
LA LUZ DEL FAROL
Para que me ames
he salido por las noches cual brujo
a caminar con la lluvia de tus besos,
llevando el diagrama de tus muslos.
La luna celosa me observa, y sonríe.
Escucho el sonido de tu voz
bajo las sombras de estas sábanas
que han sembrado atormentados ecos.
Entonces,
la luz del farol me invita a mirar
tu desnudez entre dátiles y mirra.
Sé que estás durmiendo
y yo tan cerquita
sigo bebiendo tu aliento de a poquitos
mientras mis manos firman
oráculos pornógrafos.
Para que me ames más
he llegado con mi alforja de miel
y riachuelos de agua tibia
a ponerlos bajo tus pestañas
y despiertes pensando en mis orgasmos.
A que me ames más,
abre la puerta de nuestros sueños,
quita la tranca de los años esculpidos,
prende el farol de nuestros quimeras,
y corre a abrazarme,
que vengo hambriento por tus labios
sediento de tu piel
y ansioso de las curvas
de tu incendiado cuerpo de luciérnagas.
La luz del farol pestañeando,
será testigo de este incendio
de nuestros salvajes roces
quedando impresos inéditos tatuajes invisibles
en nuestra piel ardiente.
El faro no habla
pero su luz, explica el ardor
de nuestro incendio.
Para que me ames,
he de embalsamarte en miel y mirras
y despertar entre tus muslos.
Ahí, hago un mitin de todos mis deseos.
Mis manos siguen formando...
EL POZO SUBLIME DE TU BOCA
Te siento lejana
como suspiro de viento,
lejos, muy lejos...
Como el perfume,
estás tan cerca
que mi ser toca.
Estás y no estás.
Amor:
Te extraño tanto;
extraño tus tiernas letras,
tus miradas gloriosas,
tus encantos de sirena.
Tus juegos de gallaretas locas,
son alas que llevan
al pozo sublime de tu boca.
Amor:
El teléfono está triste, no tiene vida,
ha dejado de hablar, me ignora,
¡Cómo extraño la musicalidad de tus palabras!
Aún tu alentadora voz
me bastaba para sentirte,
en los ecos del palacio real
de mi pecho.
Amor:
Eres tierna,
como gema de rosa albina
y tu ternura báñame
en el meridiano
de mi vida.
Amor:
Te espero
como reloj exacto
de capilla abandonada.
Te seguiré esperando
en los campanarios de los valles
hasta el fin del almanaque.
En el pozo hondo de tu boca
he plantado la bandera de mi reino.
ESCULPIENDO A LA MUSA
La sombra de tu sonrisa
camina silenciosa
en las olas de mi canto.
Oh mujer de fresca luz
en la hojarasca de mi otoño,
alumbras toda sombra.
Oh ave de alas primaverales
posada en árboles de mi esperanza.
Oh ilusión de mis sueños despiertos
tatuada en mis lágrimas viajeras.
Esta tarde de ocasos sin arpas
he venido a escribir mis versos
en la cintura de tu aliento,
esperando que las gaviotas canten
el pentagrama azul
de tu bandera.
EL HIMNO DEL SILENCIO
Hace muchas lunas que no aparece
la sombra de tu canto.
Sólo una tenue música
dice de tu hálito:
es el himno del silencio,
es el eco de tus besos,
plañideras evocaciones.
En estas horas de invierno,
tus palabras caen heladas
en el ballet de los recuerdos.
Mi álbum,
mi álbum empolvado está
de huellas brillosas,
hay muchos poemas marchitos,
hay muchas voces silenciosas en sus páginas
e intentan crear el Himno del Silencio.
Es invierno,
caen muchos pentagramas
al pozo de mi pecho,
aquellos que tanto sonaron
en la primavera del amor.
Esta noche cargada de rayos y truenos
sólo escucho el himno coral de la nada.
.
¡Oh dulce musa de mis nostalgias!
NOSTALGIA
Confieso
que he llorado esta tarde
junto con la lluvia,
en las faldas del río amical.
Si he llorado junto al cántico lastimero
de mis hermanas aves,
no ha de ser por las rosas
que sembraste en verano
aquí en mi pecho cantor.
Ellas primorosas
florecen en las cuencas de mis manos
y sólo morirán
con el último aliento de mi pluma.
Eres mi último aliento que deshojo,
en un cementerio de nostalgias.
Confieso que he llorado
y no lo niego,
si eres sueño
sembrado
en el castillo oculto
de mi corazón.
HOY
Exactamente hoy, no estás aquí.
Me acompaña sólo tu gualda
perfume Chanel,
en 20 centímetros de un pañuelo.
Exactamente hoy
también tu imagen sepia
captada por un fotógrafo
plazuelero en feria.
Y ahí están mudos,
mudos recuerdos fotográficos
repartidos en la mesa.
Sé que me amas,
tú sabes que te amo
y la pasión nos asfixia a los dos
en el único pozo del destino.
A los lejos,
a los lejos
las gaviotas cuentan nuestros besos,
y las fotos lloran,
lloran exactamente,
hoy.
RECUERDO
Recuerdo cuando descansaban
mis labios
sobre los tuyos
en noches de plenilunio.
Recuerdo cuando auscultaba
tu figura temblorosa
junto al mío,
en un lugar apacible y musical.
Recuerdo cuando nuestros ósculos
imitaban el vaivén de las ondas marinas.
con las barcarolas de mis manos
en tu cintura...
Recuerdo cuando reposabas
tu cabecita sobre este corazón
en silenciosas horas.
Recuerdo que entonces
estaba tan cerca al Paraíso.